LÁSTIMA DE CASTRO

Durante las crisis diplomáticas internacionales en el gobierno de Fox (donde casi se peleaba con un país en cada gira) una de las más sonadas fue la de Cuba (con el "comes y te vas"). Dos mentes (o más, si contamos a los cancilleres) aferradas llevaron la situación hasta el punto más bajo.

Hoy, con nuevos presidentes en ambas naciones (bueno, Raúl a medias, pero algo es algo) la situación parecía normalizarse; incluso Calderón tenía planeado un viaje a la isla en este año.

Con el asunto de la influenza se complicó y no se ha podido reagendar (incluso Cuba cerró el espacio aereo a vuelos provenientes de México).

Ahora, Fidel Castro declara que por culpa de México Cuba y otros países "tuvieron que pagar los platos rotos" basándose en una jalada de teoría de conspiración como las que circulan en internet (no la voy a explicar, pero les dejo la fuente de la entrada que, para variar, es la primera plana de La Jornada http://www.jornada.unam.mx/2009/05/12/index.php?section=politica&article=007n3pol) ¡¡Por favor, qué necesidad hay de enturbiar las cosas cuando están por solucionarse!!

Fidel Castro tuvo su época, su momento. Fue el artífice de un cambio en Cuba (para bien o para mal) que se logró con el apoyo del pueblo.

A 50 años de la llegada de los "barbados" a la Habana, las cosas no han cambiado mucho (en serio, estar en La Habana es como viajar en el tiempo) y el artifice de la revolución se perpetuó en el poder (grave error en cualquier gobierno que se respete).

Ahora vemos un Fidel demacrado, acabado, que dejó su uniforme verde olivo por la sudadera de Adidas y que sólo aparece en el Granma de vez en cuando para hacer declaraciones (tipo Sub comandante Marcos) por el simple hecho de demostrar que sigue vivo.

La palabra de Fidel Castro debería ser tomada como algo secundario (pésele a quien le pese el poder lo ostenta oficialmente Raúl, aunque detrás esté su"hermano incómodo") pues llega cierta edad para toda la gente cuando, sin manera de impedirlo, comienzan a debatir incoherencias y necedades.

Ahora sí que, medio parafraseando el título de un libro de Rius ("Lástima de Cuba") diré "Lástima de Castro".