LA NUEVA PONIATOWSKA

El pasado sábado 10 de mayo (felicidades a todas las mamás. Tarde pero seguro) asistió a la FENAL 2008 la escritora Elena Poniatowska (también reportera, luchadora social y el referente literario inmediato de cualqiuera que empieza a leer en serio).

Ahí, en el auditorio, ante un centenar de personas, Poniatowska habló de su más reciente libro "el tren pasa primero"(con el que fue reconocida con el Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos en el 2007) y compartió que el título de su publicación se le ocurrió por el recuerdo de un viaje que hizo al lado de una amiga en Mérida, Yucatán, en donde había un letrero que decía “El tren pasa primero”, para hacer una advertencia hacia quienes intentaban atravesarse(o cedes el paso o lo cedes, ni modo de meterte con el tren).

Recordó también los tiempos en los que la locomotora era el vehículo principal, y en los que ser ferrocarrilero no era cualquier cosa, sino una de las actividades más respetables en el país, por lo que criticó que ahora ya casi no queden estaciones de tren, “los mexicanos pulverizamos nuestros recuerdos”, añadió (y me agrego a su comentario: el tren podría solucionar muchos de los gravs problemas del transporte; habría menos trailers, menos accidentes, menos carreteras en mal estado y la grata experiencia de viajar como viajaban nuestros ancestros).

Un libro que vale la pena leer, y que, desde mi punto de vista, reivindica su posición de cronista.

Desafortunadamente la Poniatowska que hizo historia en la literatura y en el periodismo al cubrir la masacre de Tlatelolco, el cautiverio de David Alfaro Siqueiros y su estrecha relación con los entes sagrados de las letras fue presa de sus propias fobias tomando partido por la política.

En "La terca memoria" (las memorias de Julio Scherer), el autor habla de una ocasión en que su semanario habló de la estrecha relación de Héctor Aguilar Camín con Carlos Salinas de Gortarí (y con ello se dió, por consiguiente, el fin de todo indicio de amistad entre el periodista y el escritor). Acerca de esta situación, Elena Poniatowska declaró al semanario (Proceso, pues): "es desoladora, lamentable y dolorosa para todos los que escribimos" y agregó "Demuestra una vez más que un intelectual debe mantenerse alejado del poder porque la cercanía con los poderosos destruye. La ronda en torno del príncipe es siempre degradante y a veces mortal".

A veces la vida da vueltas o a veces la memoria traiciona. La congruencia entonces se convirte en un lujo.

Desde hace algún tiempo quise hacer esta observación y qué mejor ocasión que su encuentro con los leoneses en una de las ferias del libro más importantes del país ( donde, no podía faltar, algunos simpatizantes del "Gobierno Legítimo" lanzaron consignas al cierre de la presentación) para hacerlo.

Mi reconocimiento personal a la antigua Poniatowska, (la de "Nada nadie", "La Noche de Tlatelolco" o "Hasta no verte Jesús mío") y un llamado a la nueva Poniatowska para volver al camino de la neutralidad y su visión objetiva de narradora de la mexicaneidad.

A lo mejor no se nota el collarcito del Sol Azteca, pero... hagan como que se entiende jejeje